"Así como Robert Mapplethorpe fue un artista plástico y dibujante antes de ser el fotógrafo excelente y trasgresor que todos conocemos, Patti Smith no supo que el rock and roll era su área desde un primer momento. Su fanatismo delirante por Arthur Rimbaud, la poesía, la literatura, el dibujo, los collages y las instalaciones que hacía junto a Robert, el modelaje (para él), la actuación, el periodismo y la crítica musical (incluida Rolling Stone) y hasta la dramaturgia improvisada (junto a su ex, el escritor Sam Shepard) construyeron el camino hacia la canción y hacia el personaje. Y también, la ¿suerte? de estar en el tiempo y el lugar indicados: su estancia -la de ambos- en el Hotel Chelsea le permitió formar parte de una época, la de los ´70, principalmente signada por la influencia de la Factory de Andy Warhol y su séquito, la de una intelligentsia arrogante y exclusiva en la que se supo involucrar. Así conoció a sujetos como Allen Ginsberg y William Burroughs al mismo tiempo que se codeaba con Jimi Hendrix y Janis Joplin. Flor de biografía".
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