




"De Susana Giménez en sus zapatos de Lonté a Carrie Bradshaw y sus envidiables Manolo Blahnik, todas, sí todas, vivimos más que nada, para usar zapatos. Calzo, luego existo.
Ahorramos en seguro para el auto y el súper, bajamos música o copiamos CDs para evitar el gasto. Pero cuando se trata de zapatos, estamos dispuestas a gastar barbaridades, preferiblemente a solas, porque si nadie vio la etiqueta con el precio, casi no hay culpa en gastar en zapatos lo que sabemos que probablemente alimentaría a una familia por un mes en Etiopía o salvaría un tercio de ballena en alguna costa asiática.
Sí, desde chicas nos hemos puesto las sandalias de taco alto de nuestras madres y los zapatos clásicos de nuestras abuelas. Y desde entonces, aún cuando los zapatos nos bailaban, aprendimos a usar los tacos. Sufrir no es obstáculo. Mujeres somos las que terminamos la noche bailando en nuestros tacos aguja y no usamos curitas en los pies. Nuestros pies no necesitan curitas- necesitan Jimmy Choos, Ricky Zarkanys y manicuras."
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